16 marzo 2006

Mi calculadora y yo

Después del fin de semana en la nieve, que sirvió en buena medida para desconectar de la rutina diaria, llegó una semana de estrés.

Ahora que lo peor ha pasado, echando la vista atrás, puede decirse que General Motors funciona peor de lo que esperaba (que no era mucho).

El lunes tocaba dar vueltas entre poligonos industriales para deshacernos de unos productos "inertes" de los que nadie quería hacerse cargo. No es dificil adivinar a quién le toco la china. Pues sí, al departamento de ingeniería y como ya dije, sólo estamos mi calculadora y yo. Mi calculadora me dijo que tenía mucho trabajo, que me encargara yo del asunto.

Los productos "inertes" resultaron ser cinco sacos que pesaban toneladas. Supongo que estarían llenos de los cadáveres del anterior departamento de ingeniería.

Cuando por fin termino mi tarea de enterrador y ya enfilaba las oficinas, recibo una llamada para que vaya a supervisar unos proyectos, que por supuesto, tenían que estar para ayer.

Mientras le daba un vistazo a los proyectos (también Chernóbil, por supuesto) recibo una llamada de mi jefe:

- ¡Hola! Recuerda que los proyectos tienen que estar para el Jueves. Me acordé de ti y por eso te llamo.

- Yo también me estaba acordando de ti, de tu padre y también de tu madre. Les puedes decir que el Jueves tendrán su central.

El resto de la semana no fue muy distinta, salvo que para conseguir los proyectos hubo que estar dandole la vara a un pobre desgraciado que no tenía culpa ninguna, y que no está acostumbrado a hacer proyectos en dos días. Si es que ya no hay ingenieros como los de antes...

El miercoles salieron los proyectos y el jueves los tenían allí. Este fin de semana habrá que celebrar una nueva victoria del departamento de ingeniería, aunque supongo que el mérito se lo llevará mi calculadora.

No hay comentarios: